Willow nunca imaginó que renacería como una mujer glotona y holgazana que se juntaba con un hombre tramposo. Su esposo estaba sirviendo en el ejército, dejando atrás a un hermano pequeño de seis o siete años, que fue abusado por el dueño original de su cuerpo hasta el punto de tenerlo postrado en cama.
Ante las burlas y los insultos de la multitud, Willow decidió demostrar su valía con sus acciones. No era una mujer inútil ni una pusilánime. Se enfrentó a su suegra, luchó contra sus cuñadas, se enfrentó a su tía y, junto con su hermano pequeño, emprendió su propio camino y tomó el control de su vida.
Justo cuando las cosas estaban empezando a mejorar, su marido regresó de repente...