“Estoy embarazada,” dijo una mujer en voz baja. Al oírla, Mónica se sorprendió. Pero la chica siguió diciendo: “El bebé es de él.” Mónica no la podía creer y contestó: “Mentira.” Así que le respondió: “No, es verdad. Ya estoy en el tercer mes de embarazo.” Luego, le entregó una prueba. Cuando Mónica vio la firma de Quarmy Huo en ese informe, se quedó totalmente aturdida. Era como si se le estuviera viniendo abajo el mundo entero. El mismo día, le pidió el divorcio a Quarmy, quien no hesitó en echarle de la casa.