
"Duérmete," escucho a mi esposo gruñir en mi oído.
Se me eriza la piel en el cuello y no puedo evitar preguntar, "T-Tú no... v-vas a...?"
"No te preocupes, dulce esposa. No voy a obligarte esta noche," responde, su profunda voz suena tan cansada.
"No... No sé qué decir..." murmuro. Una parte de mí se alegra de que esté respetando mis sentimientos.
"No te hagas ilusiones," replica rápidamente, sonando tan seguro. "Aún eres mi esposa y pronto te tendré suplicando que te haga el amor," promete. "No podrás resistirte a mí para siempre."
Durante años, he visto la guerra que destruyó mi manada. Guerreros murieron en el campo de batalla, nunca regresaron a casa.
Para salvar la manada, mi padre, el Alfa Robert, me envió para casarme con el infame Alfa Blake, el Alfa más arrogante y peligroso de la manada enemiga.